Hace poco más de 8 meses que Google -la compañía más importante de Internet- sorprendió a propios y extraños con el lanzamiento de Chrome, su propio navegador web pensado para competir contra el todavía número 1 Internet Explorer y con el hasta entonces apoyado por esta misma empresa Mozilla Firefox. Para ello, la principal funcionalidad/ventaja con la que Google Chrome entró al mercado de los browsers fue su aparente ligereza y velocidad de carga en comparación con sus competidores, usando el motor WebKit que también se utiliza en el navegador Safari de Apple.

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Después de haber sido lanzado como una primera Beta pública, llegado a la primera versión oficial estable y hace unos pocos días venida a los usuarios la versión 2.0 final, Google Chrome ha dejado buenas impresiones entre aquellos internautas ya adecuados a su uso, aunque también es debido reconocer las grandes críticas que Google ha recibido con el desarrollo de Chrome al haberlo anunciado como una aplicación de Software Libre cuando en realidad sus TOS indican todo lo contrario. En pocas palabras lo único libre que tiene Chrome es que está basado en el proyecto Chromium, siendo este un emprendimiento Open Source.

Si bien Chrome aún tiene algunos problemas con el manejo de Javascript y sitios web sobrecargados de elementos en Flash, cierto es que la velocidad de navegación de Chrome es hoy por hoy la más rápida del mercado. Importante es recalcar que si bien todo el mundo habla de ello y las diferencias entre Google Chrome con otros navegadores son importantes (hablando de velocidad de navegación) cierto es también que el usuario promedio rara vez se fija en estas cifras y hasta nota las deferencias de velocidad, citando por ejemplo la diferencia entre Chrome 2.0 y Firefox 3.1 que apenas es de unos milisegundos, cifras de tiempo muy pequeñas e imperceptibles para la mayorían de los Internautas.