El día de ayer resultó alarmante y hasta desesperante el ver como todos y cada uno de los servicios de Google, el gigante de Internet, experimentaban problemas de carga y velocidad, denegando el acceso a los millones de usuarios de Google en todo el mundo. Por supuesto esto prendió los focos rojos en toda la web, tratándose de la empresa con mayor presencia en Internet y a la que tantos usuarios se han hecho dependientes.

Los primeros internautas en darse cuenta del fallo también pudieron notar que no solo el buscador andaba lento o de plano no cargaba, sino que de igual forma el resto de los servicios complementarios de la gran G atravesaban por las mismas dificultades. Así Gmail, Adsense, Adwords, Gtalk, Google News, Googleapis, Youtube, Maps, Calendar, Reader, Docs, Voice, Analytics y hasta el propio Blogger estuvieron inoperantes y denegando el acceso a los millones de usuarios que día a día utilizan de una u otra forma estos servicios.

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Lo más grave del asunto en cuestiones de monetización fue la caída en conjunto de Adsense y Adwords, el primero encargado de servir anuncios publicitarios a miles de sitios web por toda la Internet, tratándose de la principal fuente de ingresos para muchos webmasters y bloggers, y el segundo siendo la principal entrada de ingresos para Google a través de la venta de espacios publicitarios en miles de sitios web.

Apenas transcurridos unos cuantos minutos después de la caída, Twitter y otras redes sociales ya ardían con información y hasta desesperación por la baja de los servicios de Google. Precisamente en la red de microblogging el canal #googlefail se convirtió súbitamente en uno de los términos más buscados y referenciados por los usuarios, que simple y sencillamente no podían creer que los servicios de la empresa más importante de Internet estuvieran offline.

Tiempo después, poco a poco los servicios de Google fueron retomando la actividad normal, emitiendo la empresa de Sergei Brin y Larry Page un comunicado/explicación oficial de lo sucedido:

“Imagínese si estuviera tratando de volar de New York a San Francisco, pero su avión fue trasladado hacia el aeropuerto de Asia. Y un montón de aviones se trasladaron también, por lo que su viaje duró mucho más tiempo del previsto. Eso es básicamente lo que ha sucedido con algunos de nuestros usuarios hoy, alrededor de una hora, empezando a las 7:48 am hora del pacifico.

Un error en uno de nuestros sistemas nos hizo dirigir parte de nuestro tráfico web a través de Asia, lo que originó un atasco del tráfico. Como resultado de ello, alrededor del 14 por ciento de nuestros usuarios experimentaron lentitud o incluso interrupciones en nuestros servicios. Hemos estado trabajando duro para hacer que nuestros servicios sean ultra-rápidos “siempre”, por lo que es especialmente embarazoso cuando ocurre un fallo como éste. Sentimos que esto ocurriera, y puede estar seguro de que vamos a trabajar aún más para asegurarnos de que un problema similar no vuelva a ocurrir. Todos los vuelos llegarán ahora en el plazo previsto.”

Esto nos hace pensar… ¿en realidad somos tan dependientes de Google y sus servicios? Si bien los mismos han venido a revolucionar las aplicaciones web y ahora es más fácil trabajar en la nube con ellos, cierto es que no podemos estar siempre dependiendo de una empresa que de un momento a otro puede ser vícitma de problemas.